'La ambiciosa bancada'

Escrito por OPINIóN. Carlos Illán Ruiz. 27 de enero de 2022, JUEVES.

"El pasado mes de agosto escribí un artículo de opinión titulado ‘Los españolitos merecemos una banca pública’. Ahora que se pone de moda que usuarios y autoridades eleven la voz contra el cierre de tanta oficina en las poblaciones no grandes, mantengo lo dicho. Los bancos son negocios privados a los que se les pusieron ‘los ojitos golosos’ al ver que con las tecnologías podrían ganar rentabilidad cargándose a muchísima mano de obra. Por ser privados, se les puede rogar pero no exigir, a diferencia de al Estado y a todas las administraciones, que son los que deben ofrecer el servicio público.

Pinchando AQUÍ se puede leer el artículo que escribí hace medio año. Sólo quiero añadir que todo esto es una evolución lógica, pues la llegada de tecnologías trae cosas buenas y otras muchas malas. Cambia las situaciones, para bien y para mal. Más tecnología genera nuevos trabajos de nuevo cuño, pero destruye muchos más. Los datos ahí están.  

Entre los numerosos y variados puestos que se fulminan están los trabajadores de la banca. Cada día se resta en esta gran plantilla bancaria y se mete con calzador a los españolitos el uso de internet (pero les da igual que se sepa utilizar o no los terminales, la cuestión es implantarlos) y otros sistemas telemáticos, con la tranquilidad de que todo el mundo tiene que tener alguna cuenta bancaria porque se le obliga para pagar recibos de servicios básicos, para la renta, para cobrar la nómina de funcionario o la pensión, etc. Si son las administraciones públicas las que nos obligan a tener cuentas, que ellos lo solucionen. Puede ser obligando a una banca siempre bien tratada por los gobernantes o creando una banca pública, que no sólo estaría en las grandes ciudades, sino que, como servicio público, debería tener oficinas con apertura limitada a cada población y vehículos bancarios para pequeños pueblos. Remarco: servicio público.

Sin embargo, posiblemente esté equivocado en la sensación de que las reclamaciones están mal dirigidas, y que no llevo razón en que hay mucho humo y postureo. Seguro que me tendré que tragar mis palabras porque resulta que en esa línea sí está el método ‘ferpecto’.


Todos los artículos de opinión de 'Todo está ferpecto' están recogido en el blog al que se accede pinchando sobre este bánner

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