La Virgen se resistió a dejar el mar
Después de la solemne misa en su honor y la primera parte de la procesión terrestre hasta que se embarcó en el club náutico de Los Urrutias, la imagen de Nuestra Señora del Carmen tardó en pasar al embarcadero de Punta Brava por las maniobras que hubo que llevar a cabo debido al mínimo calado, reanudando a continuación su 'paseo' por tierra hasta su templo sobre hombros rejuvenecidos por la incorporación de jóvenes.
El gran día de la Virgen del Carmen tuvo un intenso capítulo vespertino que comenzó con la celebración de la solemne misa en la parroquia que lleva su nombre en Los Urrutias, siendo oficiada por el sacerdote Antonio Guillén Campillo.
El acto religioso contó con la entrega de ofrendas y la presencia de la edil algareña Paqui Martínez Sotomayor y de la presidenta vecinal Rosell García, además del presidente de la Junta Vecinal Municipal de El Algar, Salvador García, y de Francisco Ramón García, concejal del Ayuntamiento de La Unión.
Después comenzó la procesión terrestre, en una comitiva que fue acompañada por el sonido que emitía la asociación de cornetas y tambores 'Trimilenaria Bahía de Cartagena' y en la que era novedad la presencia de cuatro jóvenes de unos quince años de edad cada uno entre el grupo de portapasos.
El destino era el puerto del Club Náutico de Los Urrutias, donde, ante una multitud, la patrona del mar fue embarcada en el bote 'San José', donde la imagen fue acompañada, entre otros, por los concejales antes nombrados y por el presidente de la Junta Vecinal.
La comitiva de la procesión terrestre estuvo compuesta por un mínimo de veinte embarcaciones, entre las que figuraban dos barcos a vela y varias piraguas.
El destino era el embarcadero de Nuestra Señora del Carmen de la playa de Punta Brava, donde esperaban unas doscientas personas. El problema llegó cuando hubo que arrimar el 'San José' al embarcadero debido a la mínima profundidad de agua que hay actualmente, como se observa en las fotografías de este artículo y su galería. Hubo un momento en que se planteó bajar caminando por el líquido elemento, pero, al final, y con bastante esfuerzo, se logró contactar la barca con las maderas del embarcadero.
A las nueve y cinco minutos de la tarde la Virgen del Carmen volvía a estar en tierra, siendo recibida con lanzamiento de cohetes y elevada la peana 'al cielo' por sus costaleros, comenzando a sonar de nuevo la banda de cornetas y tambores, que fue abriendo paso en el camino de regreso, que estuvo jalonado por varios altares.
El júbilo llegó en la recogida en la iglesia tras tres horas en las que la patrona volvió a estar por las calles de su pueblo con su gente.